En un susurro milenario, oculto entre piedras talladas y memorias enterradas, estas figuras humanoides emergen con los labios abiertos en un gesto inquietante: silban, soplan, invocan.

Algunas sostienen extraños instrumentos de viento —similares a flautas— que parecen entonar melodías olvidadas por el tiempo, mientras otras, con los labios tensos y curvados, parecen emitir llamados hacia dimensiones insondables. Estas no son meras esculturas: son símbolos vivos de una ciencia y espiritualidad perdidas, portadoras de un mensaje codificado en frecuencias que quizá aún no comprendemos.

Halladas en contextos arqueológicos imposibles de explicar con los ojos del presente, cada pieza de la colección “Silbidos” parece replicar el antiguo arte de conectar mundos mediante el sonido. ¿Quiénes eran estos seres? ¿Qué deseaban comunicar? ¿Y a quién?

Quizá no silbaban para nosotros… sino para algo más allá de las estrellas.

Adquiere una de estas piezas y conviértete en el custodio del eco de los dioses.
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